Atlas, Antiatlas y Atlántico: un viaje diferente

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Desde hacía meses teníamos pensado preparar nuestro viaje anual en moto a Marruecos pero por unas cosas u otras, compromisos, fechas, trabajo, rallys, otros viajes, etc, se estaba complicando más de la cuenta lo de cerrar una fecha, de hecho ni siquiera había un grupo definido para este viaje.

Fue Justo, el que tiró del carro, porque tenía muchas ganas de ir con nosotros de viaje y fue culpa mía que no pudiéramos cerrar una fecha definitiva, pero como le dije hace varias semanas, mi prioridad en ese momento no era este viaje si no otros asuntos los que ocupaban mi tiempo y él tenía una fecha cerrada para poder ir de viaje así que decidimos postponer a otra ocasión lo de irnos juntos y el decidió marchar con otros dos amigos y motos gordas.

Podéis ver la crónica de su viaje en este enlace. Una ruta que les preparé yo, sencilla, clasicota, con un poco de todo, sin grandes complicaciones y sobre todo, con una buena experiencia para sus amigos.

Habiéndose ido Justo y Edu, Jon que tenía un raid por las mismas fechas, Jose con el coche roto y Le Grand Chavi, que tiene otras cosas en la cabeza en estos momentos.. ya solo quedábamos Jorge y Yo y decidimos irnos prácticamente de improviso.

Coincidió que teníamos una semana a mediados de octubre que nos venía bien a los dos y las motos casi casi listas.. más él que yo, que me tiré la semana previa preparando moto y ruta.

La verdad es que en un principio había pensado en un viaje tranquilo, sin complicaciones, de hecho puse unas ruedas acordes a tal tipo de ruta, las Mitas E09, unas ruedas puramente trail para hacer campo y carretera, que era la idea del viaje. Además, Jorge, venía de una lesión en una mano que le ha tenido apartado de las motos 1 año y medio, pero la realidad es que los días previos a irnos, al preparar la ruta me fui emocionando y me deje llevar, la verdad, lo que iban a ser rutas conocidas, al final fueron rutas nuevas y además allí, cambiamos, improvisamos y creamos rutas nuevas sobre la marcha.

Al final nos quedó una semana de rutas divertidas por algunos sitios nuevos y no tan nuevos pero lo mejor, el haber disfrutado de una gran semana, en buena compañía, con más o menos buen tiempo y haber podido desconectar completamente de todo. Vamos al lío!

 

Día 1 y 2: De Madrid a Marrakech en coche.

No fue una etapa como tal, tampoco lo fue el segundo día, pero se me hicieron tan duros que tengo que contarlos como parte del viaje. En realidad un viaje de estos empieza desde el momento que empiezas a prepararlo hasta que vuelves a casa.

El caso, salimos de Madrid a eso de las cinco de la tarde, yo ya tenía todo preparado, más o menos. La moto en el garaje cargada en el remolque, en casa de mis padres. Ese día trabajé como cada viernes de 8h a 15h aunque precisamente salí algo más tarde ese día y no me dio tiempo ni a comer ni a echarme un rato a descansar. Llegué a casa de mis padres, metí todos los bártulos en el coche mientras llegaba Jorge y en cuanto llegó hicimos lo mismo con los suyos.

Después, cargamos la moto echamos gasolina al coche y salimos rumbo a tarifa, lloviendo mucho y a ritmo caracol.

El trayecto fue por la R4 de Andalucía y luego Granada, Málaga y Tarifa donde nos alojaríamos en el Hostal El Levante, donde siempre que cruzamos por Tarifa nos quedamos a dormir, es un sitio barato, flexible en los horarios y con parking privado para dejar todo sin preocupaciones.

Hablamos con el hostal para decirles que llegaríamos sobre la 1 de la madrugada y que nos dejaran la llave del apartamento escondida.. y así hicieron, sin embargo, la llave que dejaron no era la de ese apartamento y lo peor de todo es que no lo encontrábamos y llovía mucho. Al final encontramos el apartamento al que correspondía esa llave, cruzamos los dedos para que no hubiera nadie dentro (nuestro apartamento realmente era otro) y entramos.

Al fin habíamos llegado y estábamos descansando, al menos unas horas ya que a las 9 salía el ferry desde Algeciras hacia el puerto de Tanger Med por lo que nos quedaba media hora de coche más para llegar y encontrar el puerto.. vamos que a las 7 nos teníamos que levantar.

Y así hicimos. A las 7 estábamos en pie, sin desayunar, ya lo haríamos en el barco. Fue todo bien, sin incidentes, aunque el barco salió con media hora de retraso.

En Tanger Med, como siempre, rapidísimo todo. Al fin estábamos en Marruecos y ya solo nos quedaban 550 kilómetros hasta Marrakech.

No hicimos muchas paradas, únicamente para comer y repostar. La idea era llegar a una hora razonable, preparar todo para el día siguiente e irnos a la Medina a dar una vuelta, pero como en Marruecos todo va más lento, aunque llegamos a una hora razonable, entre que gestionamos la habitación y parking del coche y remolque para los próximos días, que tenía que preparar todos los bártulos y organizar las bolsas para cargar en la moto, y que un retén de la horquilla llegó rezumando (lo solucioné), al final decidimos no ir a la Medina y quedarnos a preparar bien todo, más relajados. Al fin y al cabo, a la Medina iríamos el último día y además ya hemos estado varias veces.

Dicho y hecho, esa misma tarde dejamos todo listo, nos tomamos una cerveza Casablanca fresquita, que no fría, cenamos y nos fuimos a dormir.

Por cierto nos alojamos en el camping a las afueras de Marrakech «Le Relais», un camping en el que ya hemos estado otras veces, donde las habitaciones no son caras, hay piscina, jaimas, habitaciones, restaurante y cerveza. Dejar el coche y remolque son 3 euros la noche.

 

Día 3: De Marrakech a Talouine cruzando el Atlas por pistas.

Esta etapa la preparé para unos amigos que fueron en 2016 y la realizaron en parte. Tenía muchas ganas de hacerla, la verdad y aproveché este viaje para poder realizarla. Tenía ciertas referencias y en parte conocía algunas zonas pero nunca la había hecho completa. Además variamos el tramo final sobre la marcha.

Esa mañana madrugamos un poco, pero sin agobios, desayunamos, preparamos todas las cosas sobre las motos y salimos. Lo primero que hicimos fue ir a repostar, que nos llevó algo de tiempo porque yo tuve que rellenar dos botellas de gasolina (3 litros) que iban dentro de la bolsa de la moto.

Después cruzamos Marrakech por las circunvalaciones, el camping esta a las afueras en el lado Norte de la ciudad, pilla muy a mano según llegas de Tánger pero luego hay que cruzar la ciudad para dirigirnos hacia el Sur, aproximadamente 25 kilómetros después al fin ya estábamos haciendo pistas rápidas, que sinceramente, pensé que serían carreteras locales, pero no, lo cual fue de agradecer 🙂

Estas pistas nos llevaron a una carretera principal que ya seguiríamos durante muchos kilómetros ascendiendo poco a poco y adentrándonos en el atlas hasta Talan N’Yagoub donde cogeríamos un desvío que nos llevaría por una carreterita durante varios kilómetros hasta una aldea donde iba por fin a comenzar la pista que tanto ansiábamos.

La pista ascendía rápidamente, haciendo zetas y además estaba recién pisada, que debería ser algo bueno si la hubieran pisado bien, sin embargo estaba el firme con la arena batida y piedras, que sumado a los barrancos que quedaban a izquierda o derecha según la zeta en la que nos encontráramos pues daba un poco de miedo.

Tranquilizaban dos cosas, que por ahí ya habían pasado unos amigos dos años antes y que había una señal indicando el siguiente pueblo como si de una carretera comarcal, se tratase porque sino, de primeras y como punto de contacto con Marruecos y que la previsión del tiempo no era la mejor, pues daba un poco de respeto, al fin y al cabo, el Atlas es el Atlas.

Este tramo fue muy bonito, una pena que el cielo se cerró en parte y se quedó una mañana gris, pero la zona fue espectacular. La pista subía y subía hasta alcanzar cotas de más de 2000 metros para luego ir bajando hasta otro valle después de muchos kilómetros.

Esta parte del recorrido no fue especialmente complicada, pero es cierto que nos pilló un poco fríos, sobre todo a Jorge, que llevaba tiempo sin coger la moto y con la mano algo rígida, pero sin problema. La bajada al valle a diferencia de la subida fue bastante rápida.

Finamente llegamos a una carretera que cogimos durante varios kilómetros para llegar al siguiente punto interesante de la ruta.

Recordaba bien lo que me habían dicho mis amigos en 2016, fácil pero muy lenta, pues nada, continuamos. Efectivamente, el recorrido era bastante revirado y más o menos sencillo, aunque hubo algún tramo que no lo fue tanto ya que las últimas lluvias habían hecho mella en el firme de la pista y estaba bastante estropeada y es que los caminos en Marruecos son muy cambiantes.

Llegando a un cruce de caminos, paré a esperar a Jorge, Tardaba en llegar y decidí volver a ver si se había caído y, efectivamente, «había pillado» pero bien. Una caída de esas tontas que te dejan en shock. Había pisado una piedra que le había dado un latigazo y se había caído con la mala (o buena suerte) de irse contra el lado que había muro de tierra y clavo la visera en el suelo. La visera se rompió y Jorge se hizo daño en la clavícula por el collarín. Pero todo quedó en un susto.

Después de aquello continuamos bajando por una pista. Fuimos bajando notablemente de cota, dejando siempre a mano izquierda buenos barrancos. Jorge se quejaba un poco de la clavícula y yo empezaba a preocuparme por él y por que era el primer día, todo sea dicho.

Finalmente llegamos al final de la pista que daba a una carretera. Como las molestias continuaban le propuse carretera pero para mi sorpresa dijo que no que no, que seguíamos y así hicimos.

En esta tercera parte de la ruta decidí variar un poco el recorrido y en vez de continuar por el track que en sus primeros kilómetros iba por senderos (o eso decía la cartografía) optamos por engancharlo más adelante por una «carretera comarcal» y ganar tiempo, la tarde estaba algo avanzada y Jorge ya había tenido bastante por hoy.

Avanzamos unos km por esa carretera hasta llegar al desvío de la carretera comarcal pero allí no había carretera, había un camino que bajaba a una aldea, que cruzaba un río por un dudoso puente y llegaba a otra aldea.. pregunté a un paisano si por ahí se llegaba a Talouine y me dijo que no con cara de sorpresa, que a Talouine se iba por carretera por el lado contrario. Yo sabía perfectamente que por ahí si se podía ir a Talouine, lo que quería era confirmación de que estaba bien la pista. Es bastante habitual que la pista este rota y haya que dar la vuelta.

Ellos no entienden bien nuestra obsesión de ir por pistas rotas habiendo buenas carreteras, cosas nuestras ya sabéis.

Finalmente llamó a alguien que había por allí que si conocía la pista (salía de la puerta de su casa…) y nos dijo que si, que estaba bien y que iba a Talouine. Bien!

Según el track serían unos 50 kilómetros y llegaríamos. Lo malo, que ya eran las 4 de la tarde, que me acababa de saltar la reserva (4,5 litros) y que no conocía la pista ni sabía lo que iba a encontrar.. pero bueno, estaban todas las cartas echadas. Tiramos.

Después de 20 o 25 kilómetros llegamos a una aldea en mitad de la nada, en unos barrancos. Había un montón de chavales jugando al fútbol.

Continuamos por más barrancos y desfiladeros hasta llegar a una especie de mirador desde donde al fin podíamos ver las extensas llanuras bajo nuestros pies. Una vista espectacular y una sensación de haber completado la etapa, dura, sin incidentes reseñables y habiendo disfrutado el día como niños.

Paramos, hicimos unas fotos descansamos y ya bajamos varios kilómetros por la pista hasta llegar a la carretera.

En Talouine, paramos a repostar y buscamos un sitio para tomar un té y coger wifi para buscar alojamiento, al final nos quedamos en ese mismo sitio donde habíamos parado que solo costaba 100 dirham con desayuno y lo mejor, con habitaciones individuales!

Yo aproveché para lavar la camiseta, aún hacía sol y se secaría rápido, darme una ducha y después nos fuimos a pasear por Talouine.

Nos compramos unas palomitas recién hechas por 1 dirham y bajamos a una especie de feria donde estaba todo el mundo, entretenido. Después buscamos una parrilla para cenar y nos dimos un festín de kefta, brochetas, cocacolas, té y luego nos fuimos a dormir pronto, había sido un día largo.

 

Día 4: De Talouine a Tata.

Este día nos levantamos relativamente pronto, habíamos quedado en que nos prepararían el desayuno a las 8h30 y sin embargo hasta las 9h30 no terminó el tío de sacar los cafés. Además, era pan, mantequilla, mermelada, miel, aceite, café y zumo, nada de msmen, creps o tortitas, vamos que nos podíamos haber ahorrado la espera.

Hoy la etapa iba a consistir en ir de Talouine a Tata por los cañones de Asarrakh. Me habían comentado que merecía la pena la visita y preparé una ruta por ahí.

Decidimos improvisar llegar al mirador por unas pistas desde Talouine que enlazarían con la principal de los cañones. Una vez fuera de los cañones tenía otra alternativa para llegar a Tata por pistas, evitando la carretera y para terminar el día, desde Tata pretendíamos ir después a Akka por pistas conocidas.

Salimos a las 9h45 después de tomar rápidamente el café tardío y salimos rumbo este por la carretera principal. A los 25 kilómetros aproximadamente cogimos la pista que nos llevaría a los cañones.

Esta pista estaba marcada como carretera comarcal, de hecho justo estaba entrando una furgoneta.

La pista recordaba mucho a las del Plateau de Rekkam, grandes llanuras, mucha piedra, pistas rápidas, poco a poco iba ganando altura.

Después de varias decenas de kilómetros llegamos a un paso espectacular desde el que se podían ver los cañones y montañas, muchas montañas. Nosotros estábamos en un paso bastante elevado.

Comenzamos a bajar, dejando a mano izquierda un buen barranco. En ese momento aparecieron unos franceses con motos de enduro y con los que me puse un rato a rueda disfrutando del descenso. Abajo les esperaba un 4×4 que debía haber accedido por otro sitio. Nosotros continuamos nuestra ruta y no volvimos a cruzarnos con ellos.

La pista descendía mucho, de hecho llegó a otro paso en el que de nuevo paramos a observar y abajo, al fin estaba uno de los primeros pueblos del cañón, o mejor dicho, de los últimos (porque veníamos desde el acceso más lejano).

Fuimos siguiendo el track, continuamos descendiendo, nos desviamos a ver un pueblo en lo alto e hicimos unas fotos. Luego continuamos bajando hasta que llegamos a la parte más alta del cañón, el mirador de Asarrakh, uno de los sitios más increíbles que he visto en Marruecos y que la verdad, me hizo apretar el culo para bajar por la pista que venía después.

Desde lo alto, en el mirador, se puede divisar todo el cañón, y en el fondo del mismo un pequeño oasis con algunas aldeas.

Continuamos la ruta hasta salir del cañón. Se acabó la pista y continuó el asfalto, más aburrido. Tan aburrido que empecé a buscar alternativas y llegué a plantear ir a Talsint para enlazar pistas prohibidas hasta Tata, pero al final decidí continuar el track que teníamos preparado y además ir por una alternativa que también tenía marcada, dudosa, todo sea dicho.. pero que resulto ser divertida y muy rápida donde disfrutamos de nuevo como niños. No sin antes meternos en un oued hacia ningún sitio pensando que era un atajo, lo típico.

El cielo se fue cerrando a lo largo de la mañana y finalmente en Tata a las 2 de la tarde, empezó a llover, más o menos cuando llegamos.

Paramos en el hotel Relais des Sables donde nos hemos quedado varias veces a dormir y nos tomamos una cerveza para decidir que hacíamos mientras descansábamos. El problema no era si seguir o no, porque tiempo nos daba de sobra, el problema era que en Akka, no teníamos claro el alojamiento y si que teníamos claro que necesitábamos cargar gasolina para el día siguiente porque allí no había y no habría más hasta llegar a Tafraoute.

Finalmente decidimos continuar a Akka, pero en vez de quedarnos allí, haríamos una ruta circular y volveríamos a Tata a dormir para no tener problema de alojamiento y gasolina, pero cosas del destino, en cuanto repostamos se puso a llover fuerte y decidimos no continuar, total, era por aprovechar la tarde y el track iba en parte por un río, mejor no jugárnosla.

Volvimos al hotel, cogimos una habitación, dejamos las cosas, nos cambiamos y nos fuimos a comer.

Comimos en uno de los peores sitios que he comido en Marruecos, y de los más guarros, no se como ni porqué acabamos ahí. Nos tomamos un tagine con «carcasa» de pollo y luego nos fuimos a tomar un té a otro lado y esperar. Esperar que es lo que nosotros denominamos por «pasar el tiempo esperando algo» como los autóctonos.

Estuvimos esperando un buen rato mientras nos tomábamos un té grande, viendo la vida de tata desde un salón de té en la calle, lo típico. Además, al rato abrió su puesto el «tío Phill», un señor con un parecido más que razonable al tío de Will Smith que preparaba una especie de churros realmente buenos..

Pasó la tarde, volvimos al hotel, descansamos y a la noche salimos de nuevo a cenar, pero a otro puesto algo más decente donde tomamos unas brochetas de pavo y una harira. El día estaba acabado y nos fuimos a dormir.

 

Día 5: De Tata a Tafraoute por Ait Mansour

El día amaneció con el cielo completamente despejado, para este día daban alguna que otra lluvia dispersa pero no llovió en toda la jornada y apenas hubo nubes. La temperatura ideal para moto y las ganas a tope.

Madrugamos como todos los días, pero sin pasarnos, la ruta ya la conocíamos aunque podría tener sorpresas dadas las fuertes lluvias de las últimas semanas y que además teníamos que ir por el cauce del oued lo que podría ralentizarnos e incluso no permitirnos continuar nuestra ruta.. y por los pelos no fue así.

Salimos de Tata por carretera, aproximadamente 60 kilómetros, algo pesados, pero como empiezas fresco, el paisaje montañoso acompaña durante los kilómetros y llevamos motos de cilindrada media que nos permiten ir cómodos por ergonomía y motor, los kilómetros pasaron rápido hasta que llegamos al desvío donde dejaríamos la carretera principal y entraríamos de lleno en las gargantas que ya recorrimos en 2015, aunque en dirección contraria.

Nos encontramos con que el firme del oued por el que va la pista estaba muy bien, recién arreglado y además que estaban construyendo una carretera (o pista) por un lateral, con muchas máquinas rompiendo las paredes del cañón.

Es una pena, pero el avance es así y poco a poco va llegando a las aldeas más escondidas que sin duda agradecerán la nueva vía de acceso.

De momento seguimos nuestro track durante varios kilómetros porque la nueva pista está en obras pero finalmente es de uso obligado para poder continuar y se nota que los kilómetros pasan rapidísimo, al menos hasta donde llega la nueva pista.

Después vuelve al oued, como siempre y el firme empieza a estar en su estado natural ya que no lo han arreglado.

Todo marcha bien hasta que llegamos a un paso del río donde las últimas lluvias han destrozado el paso, literalmente, lo que de alguna manera esperábamos.. aunque no de esa manera!

Nos encontramos el cauce en su estado más natural y nos dificulta enormemente el paso con las motos trail y cargadas.

Decidimos que lo mejor es que yo pase las dos motos porque esta realmente complicado y evitamos caídas tontas y posibles lesiones, pero antes de eso decidí irme andando varios cientos de metros, con el sol justo encima, para asegurarme que después podríamos continuar sin más complicaciones y no perder el tiempo.

Darnos la vuelta no era una opción porque probablemente no nos daría la gasolina más que para volver a Tata por carretera y no estábamos dispuestos así que nos pusimos manos a la obra y pasamos las motos, sin mucho problema. Decir que con motos de enduro esto sería muy divertido pero con las trail no lo es tanto. Al menos yendo solo dos.

Después por suerte la pista estaba más o menos bien y a los pocos kilómetros ya comenzaba a salir del cauce para ir cogiendo altura.

Luego salimos de los cañones y enlazamos con un pistón que tiene incluso señales de carretera, aunque no esta asfaltado. En este punto teníamos tres opciones según la hora a la que llegáramos, ir hacia el Norte por la pista para luego enlazar la carretera que habíamos dejado previamente que nos llevaría a Tafraoute, alternativa que nunca nos planteamos pero que ahí estaba por si las moscas, ir hacia el Sur, por el pistón y rodear los cañones que ya hicimos en 2015 para conocer estas pistas o ir por los cañones. Finalmente optamos por seguir por el pistón para conocerlo por un lado y para evitar la segunda parte de los cañones, que posiblemente estarían en un estado regular por las lluvias.

La pista estaba tan bien que nos permitió llegar a velocidades de 120 en algún punto. Además iba por páramos especialmente bonitos desde donde había buenas vistas, lo malo es que había bastantes camiones que deben de usarla para trasladar material de algún lugar del Sur hacia el Norte.

La pista gana mucha altura pero luego vuelve a descender por otros cañones que dejan ver viejas pistas, ya en desuso.

Finalmente enlazamos con la carretera que nos vuelve a llevar hacia Ait Mansour, el bonito palmeral que atravesamos rumbo Norte y que va cogiendo altura hasta llegar a Tassrirt, donde nos desviamos de nuevo y enganchamos la pista que nos llevaría directos a Tafraoute.

Esta pista la hicimos también en 2015, dos veces de hecho aunque en aquellas fechas estaba perfecta, pero en esta ocasión estaba destrozada. Las lluvias habían barrido la tierra dejando la pista como un campo de piedras lo que a Jorge le complicó bastante el descenso. Solo fueron algunos kilómetros porque luego ya estaba bien y nos permitió disfrutar de las vistas, saltos y entorno.

Llegando a Tafraoute paramos a hacer unas fotos en las piedras pintadas o lo que yo llamo las piedras azules.

Hicimos las fotos de rigor y nos dirigimos a Tafraoute pasando antes por Aguer Oudad, el pueblito rosa que hay junto a Tafraoute, donde se grabó el vídeo promocional de la KTM 1290 y 1090 adventure.

Al rato estábamos comiendo una harira y unos tagines en un restaurante, decidiendo que hacer, si continuar o no porque era aún pronto, aunque decidimos finalmente buscar un hotel y hacer un poco de turismo, o mejor dicho ecoturismo, que básicamente consistió en subir a la roca más alto de Tafraoute y pasar ahí la tarde, de excursión.

Con los últimos rayos de sol decidimos bajar al pueblo, tomarnos un té, dar una vuelta por el pueblo, cenar y acostarnos.

El hotel, por cierto fué el Argana, donde ya nos quedamos en 2015, un hotelito a las afueras con buen precio, buena wifi, buen desayuno y tranquilo.

 

Día 6: de Tafraoute a Mirleft

En realidad esta etapa iba a ser completamente repetida y la llegada sería en Fort Bou Jeriff o Sidi Ifni, pero nos dio pereza lo de repetir y decidimos improvisar un poco.

Durante el desayuno estuve marcando unos WPs para seguir durante la jornada para ir teniendo unas referencias e ir improvisando sobre la marcha.

Cargamos las motos y salimos. Los primeros kilómetros fueron por carreteras, de hecho, en principio la idea era hacer un poco de carretera hacia la costa, que para eso teníamos motos trail, además las carreteritas de la zona son muy divertidas, con muchos puertos, muchas curvas y unos sitios muy bonitos para hacer fotos, pero la verdad es que nos tira el campo, mucho, y al rato estábamos buscando nuevas pistas.

Pero rápidamente la cosa cambió. Todo empezó porque en el Garmin Montana tenía marcado en lo alto de una montaña un POI con el símbolo de la cámara de fotos.

Le dije a Jorge que porque no subíamos a echar un vistazo y así hicimos, lo que no sabíamos era que poco a poco íbamos a descubrir sitios realmente espectaculares.

La pista fue ganando cada vez más altura y en nada estábamos atravesando pueblos encaramados sobre barrancos, pistas por desfiladeros y unos paisajes de ensueño. En una de las paradas a hacer una foto a Jorge le salió una serpiente negra «muy chunga» que por suerte siguió su camino.

Varios kilómetros más adelante llegamos a un punto complicado, la pista buena viraba a la derecha, pero nuestro rumbo a iba a la izquierda por la pista mala, que no era mala realmente pero si muy estrecha con un buen barranco a la izquierda y pendiente descendente con suelo húmedo.

Finalmente apretamos los dientes y continuamos por la pista mala que, en realidad comunicaba con otras aldeas pero no se usaba ya que para llegar a esas aldeas lo hacían por otra pista que estaba mejor y fue la que más adelante cogimos para bajar de nuevo a los valles. Toda una experiencia esta zona.

No contentos con esto, ya teníamos ganas de más y fuimos enlazando más pistas y más barrancos hasta salir de nuevo a los valles.

Nos encontrábamos a 40 o 50 kilómetros de Tiznit, que era nuestro destino, más o menos. como era pronto decidimos parar a comer en un pueblo y después tirar rumbo Sur. De repente estábamos en extensas llanuras desérticas, algún oasis y calor, mucho calor y disfrutando de las pistas.

Para finalizar y a pocos kilómetros de Tiznit, se me cruzó una pista que desde hacía rato la llevaba viendo en el GPS pero no a la vista real. Subía una montaña y bajaba a otro valle que nos acercaba a la playa aún más por campo. Jorge empezaba a cansarse de mi pero me vio cara de querer investigarla y me dio vía libre. Nos costo otros 30 kilómetros de pistas de montaña alucinantes.

Finalmente salimos a la costa, junto a un Auberge turístico y dedicado a los parapentes donde preguntamos precio para quedarnos y decidimos irnos a otro sitio.

Después de estar pagando 100 Dirhams los días anteriores por habitaciones individuales y desayuno incluído, 900 dirham nos parecían excesivos, aunque incluyera cena y desayuno y es que somos turistas si, pero de otra pasta.

Este Aubergue esta situado a 200 y pico metros sobre el nivel del mar y debe ser un buen spot par la práctica del parapente, con unas vistas espectaculares, pero eso es todo, no hay nada más y encima nosotros no hacemos parapente.

Decidimos bajar y buscar algo más económico. Primero paramos en un auberge de una francesa con caballos pero nos dijo que no tenía sitio (raro) eso si, nos recomendó un buen sitio en pleno centro de Mirleft, el Hotel Atlas, muy marroquí pero precio aceptable, limpio y tranquilo.

Llegamos, dejamos las motos, cogimos un par de habitaciones, nos duchamos y nos fuimos a dar un paseo a la playa, que esta bastante lejos de Mirleft, por cierto.

Vimos un bonito atardecer y después nos fuimos a cenar al restaurante que hay en frente del hotel donde nos quedamos un buen rato de sobremesa y después nos fuimos a dormir.

 

Día 7 de Mirleft a Essaouira

El día amaneció entre nubes y claros pero rápidamente se cerró el cielo y se puso a llover. Tratamos de desayunar algo rico pero no fue posible. El chaval del hotel se propuso no darnos una mierda, hablando claro. Le pedimos cafés, que bueno, los trajo, le pedimos msmen, y en definitiva un desayuno marroquí, rico y contundente.. pues no. Nos trajo un par de msmen, le dijimos que si nos los teníamos que comer a pelo o que y nos trajo un bote de mermelada no se de que, ni la probé y una untada de mantequilla, literal. Encima nos cobró bien. Nos cabreamos y nos fuimos. Ya comeríamos algo luego, lo típico. digo lo típico porque a mi luego se me olvida y tiro todo el día sin comer y como Jorge no se queja..

Terminamos de cargar todo en las motos y salimos. A los diez kilómetros se puso a llover. Paramos, nos pusimos los pantalones de agua, chubasquero y continuamos.

La ruta iba a ir costeando por la playa, tramos de playa y arena hasta prácticamente Agadir, sin embargo, el día estaba feo, la arena mojada que hacía que la conducción con motos pesadas y equipaje fuera más complicada de la cuenta y modificamos en parte la ruta.

El tramo de Mirleft a Agadir se divide en dos, porque hay una zona militar que obliga coger unos kilómetros la carretera para luego volver a entrar a la playa.

El primer tramo lo estiramos 10 kilómetros más por pista y arena antes de ir a la carretera, pero el segundo tramo decidimos hacerlo por carretera porque  aún quedaba mucho día, la zona ya la conocíamos y queríamos investigar unas pistas nuevas por Tamri.

El tramo de atravesar Agadir se hizo realmente pesado y largo, paramos a repostar y continuamos por la costa dirección Tamri.

A unos 30 kilómtros nos desviamos para ver el track que había preparado y bueno, los primeros kilómetros eran de carretera, bonitos miradores y curvas. Después empezaron las pistas que nos llevaron por algunas aldeas aunque tenían demasiado barro. El terreno no drenaba mucho y las ruedas se embozaban de barro con facilidad.

Finalmente cogimos una pequeña carretera y cuando parecía que ya estaba acabado el tramo alternativo nuestro track viraba 90 grados hacia Tamri para bajar algo así como 400 metros de desnivel en muy poco espacio, vamos otro barranquito a la vista.

La pista arañaba la montaña y hacía numerosas zetas, no tenía mal firme pero el terreno resbalaba mucho y además había mucha roca suelta y buenos barrancos.

Jorge no lo pasó del todo mal, porque llevaba ruedas con tacos buenos, pero en mi caso, sobre todo la rueda delantera, era la menos idónea para ese tipo de terreno. La moto se iba para todos los lados. Finalmente bajamos hasta Tamri, donde paramos a comentar el tramo, descansar y repostar.

A partir de aquí solo nos quedaban ciento y poco kilómetros que alternarían pista y carretera, o eso recordaba yo porque en verdad alternaban mucha pista y poca carretera, pero pistas rápidas, mojadas y por entornos muy bonitos. Me encantó y pude disfrutar de todo el poderío de la 950.

Sobre las 5 de la tarde habíamos llegado prácticamente a Essaouira y en vez de ir el último tramo por carretera nos metimos en la playa, a hacer unas dunas y unas fotos de esas de postureo.

Después nos fuimos directos a la medina, buscamos alojamiento en booking y encontramos un Riad de esos buenos, bonitos y baratos, sobre todo barato. Además un parking a escasos 5 minutos.

Nos alojamos en el hotel Riad Gnaoua por 31 euros los dos, en plena medina y con desayuno. El Riad está bien, no es el más romántico ni el mejor situado con vistas al mar, pero estás en la calle principal, está limpio y en definitiva, cumple sobradamente para ser un sitio tan turístico. Además queda muy cerca del parking donde dejamos las motos.

Nos duchamos, descansamos y nos fuimos a dar un paseo y comer algo. Primero nos tomamos en un puesto un msmen de pizza súper rico y luego en el de al lado ya cenamos una chawarma, que es como un kebab pero más rico y más moro.

El día llegaba a su fin. Nos fuimos al hotel y a dormir.

 

Día 8, de Essaouira a Marrakech

Este día era prácticamente de tránsito pero los tránsitos en Marruecos ya se sabe, pueden salir bien o pueden salir de otra manera. En esta ocasión pues salió a medias.

El día amaneció soleado, recogimos, desayunamos en la terraza del riad, nos terminamos de vestir y nos fuimos a por las motos al parking.

Sin demorarnos mucho nos pusimos en marcha.

No queríamos llegar tarde para aprovechar la tarde, cargar todo, descansar e irnos a la Medina de Marrakech a hacer unas compras. La idea era hacer el track de unos 200 kilómetros que alternarían pista y carretera. al final nos salieron 230 kilómetros.

Pero como nunca es suficiente, decidimos innovar un poco y modificar el track que llevábamos preparado.. lo malo que nos metimos en algún berenjenal de barro y encima no encontrábamos las pistas que según la cartografía que llevábamos, debía estar.

Al final y dadas las horas decidimos ceñirnos al track y acabar la etapa, pero a escasos 8 kilómetros de la carretera Jorge perdió el pedal de cambio de su 690, que no apareció a pesar de que estuvimos una hora buscándolo. Al menos pudimos degustar la comida que llevaba en su bolsa de herramientas, unos burritos con atún y aderezo.. Pedal de cambio no, pero zampa que no falte.

Luego arrancamos las motos y nos fuimos a Marrakech, él en 4ª marcha claro.

Llegamos a nuestro camping, intentamos ir a lavar las motos a una gasolinera de al lado, pero el tío no debía tener ganas y nos quería cobrar 5 euros por lavarlas.. cada una! Pasamos claro. Nos dimos una ducha, cargamos las motos en el remolque, dejamos todo listo, nos tomamos una cerveza, entramos de nuevo en booking y cogimos un Riad dentro de la medina por unos 20 euros los dos.

El taxi del camping a la medina son 100 Dirham hasta las 7 de la tarde y luego 150 Dirham de vuelta lo que suma prácticamente el coste de alojarte en un hotel en la Medina de Marrakech. Si le añades los 35o Dirham que cuesta la habitación en el camping no tiene mucho sentido así que decidimos irnos al riad que habíamos encontrado, que además molaba más y nos era más cómodo. Coche, motos y remolque se quedaron en el camping.

El Riad elegido fue el Riad Al Mida, que está a unos 10 minutos a pie de la Koutubía, en la zona Norte de la Medina, junto a la muralla.

El taxi nos dejó al lado del riad, fuimos a hacer el checking, dejamos la bolsa con la muda y nos fuimos a pasar la tarde de compras y cenar.

Anduvimos toda la tarde y finalmente nos tomamos una cocacola en Chez Chegrouni, restaurante de paso obligado si visitas Marrakech, en plena plaza Jema el Efna, pero esta vez no cenamos ahí que aunque esta muy bien y tiene buenos precios, quería que jorge probara la pastilla de pollo del puesto número uno de los puestos de comida. Además ya nos tomamos unas brochetas y parrillada variada.

Después nos fuimos al riad atravesando el Zoco. Como siempre aparecieron unos chavales un poco pesados a decirnos que donde íbamos, que por ahí no podíamos, que tal o cual. No les hicimos ni caso (llevábamos gps!) y llegamos en pocos minutos a nuestro riad donde sin más nos acostamos que al día siguiente también tendríamos que madrugar.

 

Día 9 y 10: De Marrakech a Madrid

La mañana amaneció con un fuerte chaparrón, aunque luego el día despejó.

Madrugamos bastante, compramos unos bollos en una panadería, cogimos un taxi y a las 8.30 estábamos en el camping, deayunando un café y los bollos.

Echamos gasolina y marchamos, teníamos 550 kilómetros por delante hasta el puerto de Tanger Ville, por el que volveríamos esta vez.

El trayecto se dió bien y a las 15h estábamos esperando para subir al ferry, que salió a las 16h30 y llegamos a España como a las 17h30, era el Jet que va muy rápido.

Fuimos directos al Hostal El Levante, cogimos una habitación y nos fuimos a pasar la tarde a Tarifa, donde cenamos, nos tomamos unos vinos y comentamos nuestro viaje, como siempre.

Al día siguiente madrugamos, desayunamos y a Madrid, de nuevo.

Y hasta aquí puedo contar, fin del viaje.

Añadir, como nota final, que tengo que agradecer especialmente a Jorge, mi primo, el haberme aguantado todos estos días, el haberme dado rienda suelta para organizar el viaje y sobre todo permitirme llevarlo a cabo tanto el viaje en si como allí meterle por donde le metí que, aunque se quejaba mucho, se le veía encantado. Además pedirle disculpas a Justo porque aunque todo pintaba mal, al final pudo salir este viaje pero el ya se había ido. Seguro que lo hubiera disfrutado. Y por último agradecerme a mi mismo un viaje así, que me lo he pasado de lujo, he conocido sitios realmente chulos y que me ha permitido desconectar por unos días del día a día.

Hasta la próxima!

10 comentarios en «Atlas, Antiatlas y Atlántico: un viaje diferente»

  1. muy buena crónica!.
    veo que has cambiado la configuración de la moto: doble escape de serie, sin deposito auxiliar.
    qué criterio usas para modificarla?, con qué configuración te quedas para «todo uso»?
    alguna diferencia reseñable en este tipo de viaje entre la 950 y la 690?
    un saludo

  2. Gracias, Estuve pensando en venderla y al final me la quedé pero me deshice de toda la cacharreria. No tenía pensado correr más rallys y no me convencía el 2 en 1 así que lo quité junto al depósito.. a ver si consigo un par de akrapovic que los de serie cogen mucha temperatura, eso sí ahora gasta bastante menos y por potencia sigue andando mucho.

  3. Excelente artículo por sitios menos conocidos (para mi) de Marruecos.
    No sé si tienes previsto publicar los track, alguno te «robaré»
    Saludos!

  4. Hola Rodrigo, fué un poco la tónica del viaje, apartarnos de las rutas más turísticas, que por otro lado nos tienen un poco cansados. A ver si hoy me da tiempo y cuelgo la ruta circular. Más adelante iré colgando etapa a etapa más detallada, como siempre. Un saludo!

  5. Increíble la ruta!!
    El año que viene te la copiamos aunque quitando alguna zona de las complicadas que dices….somos un poco novatos.
    Por cierto creo que nos cruzamos alli, en la primera etapa cuando la primera subida con zetas.
    Un saludo y gracias por la crónica

  6. Solo unas palabras para decir que me habeis amenizado la tarde, aqui encerrado en el curro.

    PEDAZO crónica y mejores fotos.

    ¡¡ A seguir disfrutando !!

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