Ya han pasado algunas semanas desde que cruzamos de vuelta el Mar de Alborán dejando atrás el Xtreme 2016, tiempo suficiente para poder dejar atrás las emociones, cansancios, alegrías y tristezas y poder contaros de primera mano lo que es un Xtreme y como ha ido todo. Vamos allá.
El Xtreme de este 2016 por fin dió comienzo el viernes 7 de octubre en el puerto de Almería, despúes de varios meses de espera en la que todos los participantes hemos ido preparando poco a poco las monturas para la esperada fecha.
Allí nos esperaba la organización, con las carpas montadas desde la mañana para poder cerrar asuntos técnicos y administrativos antes de embarcar. Además fué un reencuentro de viejos conocidos y presentaciones.
La primera sensación era de tensión, sobre todo para los novatos como yo en este tipo de viajes, como si de una carrera se tratase, verificaciones, maletas, bolsas de cortesía y demás cosas antes de subir al barco. Además para más nervios la propia cafetería del puerto te hace sentir ya que estas en Marruecos, por la gente que te atiende y los productos que se venden. Marruecos total.
Después de pasar la tarde cerrando todos los temas administrativos, entrega de roadbooks, breefing y demás, por fin, vestidos de moto y con la bolsa de cortesía al hombro arrancamos las motos y vamos hacia el barco. Esto empieza.
La bolsa de cortesía, nombre dado por algún veterano de los Xtreme, no es si no una bolsa o mochila ligera que prácticamente te acompañara durante todo el viaje, donde guardar una muda y las cosas necesarias, a parte de la maleta. Vais a oir hablar de ella a lo largo de la crónica porque trae cola.
La bolsa de cortesía es una manera ágil de llevar algo de equipaje de manera rápida y sencilla y que muchos de los pilotos optan por llevar encima en alforja o bolsa trasera, pues nunca se sabe donde vas a llegar o donde vas a tener que dormir o si el coche de asistencia no llega por el motivo que sea. En principio solo es para el barco, ya que el coche de asistencia embarca y las maletas no se entregan hasta el día siguiente. La bolsa de cortesía se carga en el barco en la mano y si que se puede entregar a la mañana siguiente antes de empezar la etapa pero ojo, que si llegas tarde te la llevas el resto del dia!
En el barco empieza de lleno el Xtreme, menuda sudada, meter las motos al barco, vestidos de romano, con el Camelbag, casco, chaqueta y bolsa de cortesía, escaleras, recepción, entrega de camarotes… y luego breefing. Además, yo, aunque no era miembro del Staff si que tenía un compromiso de cargar todas las rutas y tracks en aproximadamente 30 GPS.. total, que me dió la 1 AM hasta que me fuí al camarote. Fin de la primera etapa del viaje con 500 metros de moto recorridos por el puerto de Almería: agotado.
Etapa 1: de Melilla a Boudnib
Si mal no recuerdo, el barco atracó sobre las 7 de la mañana, el Xtreme ha empezado sin un buen desayuno por quedarme medio dormido, como soy más o menos previsor me he traído una barrita y un gel para desayunar, algo me olía.
Me visto, cojo los bártulos y me voy volando a entregar la bolsa de cortesía y recoger mi GPS, porque sí, los GPS se entregan a la organización cada noche para que se carguen las etapas siguientes, junto a los roadbooks.
Me recorro el barco entero en busca de la gente y la organización, empieza de nuevo la sudada y, por fin, me pongo el casco y salgo del barco con la que será mi pareja los próximos dos días, Paco, de Talavera, que va con una Yamaha WR 450 JVO naranja y que va como un tiro.
Bajamos del barco, buscamos un cajero (Paco no llevaba los deberes hechos en este sentido) y directos a la frontera, que por cierto, es un poco caótica. Una cola para recoger el impreso de la importación temporal del vehículo y otra para hacer el papeleo, con los buscavidas merodeando claro.
A pesar de todo en un rato esta todo solucionado y pasamos de Melilla a Nador, donde ya somos libres de salir cuando queramos, siempre por parejas previamente asignadas.
Existe una norma clara, las parejas pueden salir cuando quieran a la mañana, una vez despunta el sol y SIEMPRE deben acabar juntas la etapa. Si hay problemas nunca se deja a la pareja atrás y si hay que remolcar debe ser tu pareja quien te saque del apuro hasta la civilización, lo que por cierto, me daba miedo.. a ver como remolca una Yamaha un bicho de 200 y pico kg como la mía.
Nos ponemos en marcha, toma de contacto con Marruecos después de varios meses sin ir por allí, aún nos quedan doscientos kilómetros de asfalto por delante en un tramo de enlace hasta Guercif, donde hacemos el repostaje antes de entrar en el Plató de Rekkam y comenzar por lo que fué una especial del Dakar de 2007.
Subida al Plató de Rekkam por pistas y bajada hasta Annoual por una clásica de las rutas offroad Marroquies. Esta etapa ya la hemos hecho en algunas ocasiones por lo que ya la conocía bien, aunque en esta ocasión con roadbook, que la verdad, ya tiene casi 10 años y los caminos han variado bastante por lo que hubo que tirar de waypoints a menudo.
La etapa fué fenomenal aunque el roadbook nos jugo alguna mala pasada y acabamos haciendo enduro por auténticos pedregales, pero una vez entrados de lleno en el Plató de Rekkam ya fué todo rodado.
Unos kilómetros antes de Annoual me salta la reserva, lo cual me extraña porque había saltado muy pronto.. aflojo gas durante 70 km hasta Annoual donde hecho gasolina de garrafa gracias a unos chicos que había por ahí.
Paco aprovecha para tensar la cadena. Más tarde me di cuenta que había sido un problema del aforador, que en las piedras se había vuelto un poco loco y por eso salto el indicador de reserva, pero gasolina tenía.
Continuamos varias decenas de kilómetros hasta Beni Tajite, donde por cierto mi primo se rompió en 2014 la muñeca y tuvimos que pasar una noche y varias horas de espera.. gratos recuerdos para aquella triste experiencia.
En Beni Tajite, repostamos y hacemos una parada de descanso, allí Justo, Carlos, Sergio y Joan. Al rato seguimos rumbo a Boudnib, por la nueva carretera que están haciendo, que en realidad son varios kilómetros de pista sin asfaltar, pero en donde coges velocidades de asfalto y con trampas ya que golpe encuentras cortes en la vía.
Varios kilómetros después por fin termina la carretera sin asfaltar y se continúa por la antigua pista, divertidísima, con zanjas que te mantienen alerta y finalmente con un pequeño puerto, fácil desde Beni Tajite, pero complicado desde el otro lado. Otros cuantos kilómetros después, con el sol cayendo, por fin llegamos a Ksar Tazougart donde ya solo nos quedan 27 kilómetros hasta el camping de Boudnib.
Esta etapa se nos dió de lujo, llegamos de día con tiempo para hacer cosas y descansar, sin embargo hubo un par de parejas, que por llevar el track y no la ruta, no se dieron cuenta y llegaron a Erfoud, desde donde tuvieron que volver por lo que en vez de 550 se hicieron 650 o más kilómetros, ¡etapón! Además se toparon con tormenta de arena y eléctrica en una pista (la citroën) que está rotisima.. mi más sincera admiración.
Esta tarde la asistencia con las maletas tardó más de la cuenta en llegar debido a que por carretera se da mucha más vuelta y muchos más kilómetros que por el Plató de Rekkam.
En cuanto llegó por fin nos pudimos cambiar, ducha, cena breefing y a descansar.
Etapa 2: de Boudnib al Erg Chegaga
Mi particular etapa empieza con mucho estrés pasadas las 5 de la mañana, uno por el cambio horario, dos porque me levante tarde sin darle a Miguel, encargado de este tema mi maleta y bolsa de cortesía y casi me la llevo encima de la moto.
La maleta se deja la noche antes para que se cargue, y la bolsa antes del desayuno, además la asistencia sale antes que las motos, casi de madrugada para poder completar el recorrido por carretera hasta destino.
Encima, al cerrar deprisa y corriendo la maleta, metí el GPS, total, a las 6 de la mañana corriendo por el camping de Boudnib de aquí para allá con la maleta, con la bolsa, el GPS, montar el roadbook… Vamos que no había empezado a rodar en moto y ya iba calentito.
El desayuno casi me sienta como una bomba de relojería, pero bueno, esto era parte del «adiestramiento» para coger ritmo.
Esta etapa a priori era sencilla, larga eso si, iba desde Boudnib, por la pista citroën hasta Erfoud, donde nos esperaba la asistencia. Ahí en poco tiempo se haría una breve asistencia mecánica a los que la tenían contratada, tensión de cadena, engrase, filtro y esas cosas. Yo no tenía que hacer nada pero Paco si así que aproveché para descansar un rato, ojear la ruta, comer algo y repostar. La etapa gorda venía ahora.
De Erfoud a Merzouga fuimos por la nueva carretera que lleva directa a las dunas, sin pasar por Rissani, luego enlazamos pistas hasta la gasolinera de Merzouga y de ahí de nuevo carretera hasta Taouz por pistas rotas y con charcos por las recientes lluvias.
En la pista a Taouz apenas había camiones como en otras ocasiones por lo que se podía rodar tranquilo, aunque había charcos muy resbaladizos. En un rato estabámos ya en Ramlía, donde nos encontramos con algunos compañeros del grupo y paramos a tomar un refrigerio antes de afrontar el paso de Ramlia, que por cierto, estaba bastante bien, sin mucho Feshfesh aunque al acortar por dunas, en una me clavé. Quedo en una anécdota.
Pasado Ramlia llegamos a la población de Tafraoute, donde nos esperaban en el Auberge Kemkem con gasolina, un almuerzo de tortilla bereber y bebidas frías. Esta parada nos sentó de lujo aunque hacía mucho calor, eran aproximadamente las 12 de la mañana y nos quedaban aún muchos kilómetros por delante.
Repostamos y afrontamos el resto de la etapa hasta Tagounite, por la clásica ruta prohibida que más o menos desde el Chot de Tafraoute sigue rumbo suroeste en vez de ir al Oeste como la ruta a Zagora.
Esta etapa es también una clásica y aquí podéis ver la de otros años, al menos hasta Tafraoute.
Como siempre Paco a ritmo y yo detrás, disfrutando y manteniendo el tipo con mi vaca (950). Paco cada vez iba más suelto con el roadbook.
El tramo de Tafraoute a Tagounite es una gozada, muy rápido y la última parte con la subida a un pequeño puerto de piedras par volver a bajar y acabar después de una recta llena de dubies en el palmeral de Tagounite.
Finalmente llegamos y repostamos en Tagounite y de ahí bajamos a M’hamid por 30 kilómetros de carretera. En Mhamid se supone que nos esperaría la asistencia para coger la bolsa de cortesía, hacer algo de mecánica y continuar 40 kilómetros por ríos de arena hasta el Oasis Sagrado, o eso pensábamos. El caso es que la asistencia no había llegado, así que nos tomamos unas cervezas, unos refrigerios, un baño en la piscina. Por respeto a ellos y al Xtreme, me tomo la libertad de censurar la foto 😀
Nos dió tiempo a bañarnos, secarnos, descansar y por fin apareció la asistencia, mecánica rápida y de nuevo a la moto. Yo ya pasé de bolsa de cortesía, ya iba aprendiendo. Me puse una camiseta limpia (solo eran 40 km), eche un bañador a la mochila, unas chanclas y a correr. Esa noche dormiríamos en una jaima en el Erg Chegaga asi que todo sobraba.
Desde Mhamid al Erg Chegaga se llega primero por unos ríos de arena espectaculares y luego pistas, aunque Paco se despistó y acabamos haciendo muchos kilómetros por senderos de locales que iban entre desiertos de piedras, curioso.
En un rato llegamos al Oasis Sagrado, los primeros, estuvimos ahí casi una hora hasta que llegó casi todo el mundo y, sin embargo, ahí no era donde íbamos a dormir. Pero pasamos un buen rato moneando, literalmente.
Despues de una hora en el Oasis Sagrado llegó el caos, Ahí no nos esperaban, no había nadie de la organización. Despues de varias llamadas y malos entendidos (había un camping medio abandonado con el mismo nombre: coincidencias) total, que acabamos 26 motos pululando de noche por el Erg Chegaga, por ríos de arena, ríos de piedra, haciendo cada poco tiempo reagrupaciones, etc, buscando el waypoint del campamento donde pasaríamos la noche en el Erg Chegaga, momentos tensos, aunque después de todo lo pasamos muy bien, esas experiencias para recordar.. sobre todo alguno, que a 200 metros de llegar, en mitad del río de arena se plantó porque su mente y cuerpo dijeron basta. Si no llega a ser por Joan, que si tenía un waypoint de otra vez en el GPS, aún estaríamos dando vueltas.
Por fin llegamos, etapa acabada en un campamento en mitad del desierto. Ducha, cena, breefing, cervecitas frías y dormir en jaima. Noche para recordar.
Etapa 3: Del Erg Chegaga a Icht, pasando por Foum Zguid, Tata y Akka
En esta etapa opté por cambiar de pareja, una que fuera más relajada, y así no aburrir a Paco, que con su JVO iba a un ritmo que no es que me costara seguir, que también, es que me agotaba con mi 950SE. Así que me fuí con Carlos y Justo, que tampoco es que vayan despacio, de hecho Carlos va como un tiro y Justo aunque no va tn rápido como Carlos, lleva ritmo maratoniano, el caso es que disfruté un montón de la etapa porque me encontraba más a gusto.
Salimos del Erg Chegaga por los ríos de arena hasta el Lago Iriki, el cual atravesamos y fuimos al control que hay antes de llegar a Foum Zguid, sin embargo el roadbook llevaba por la antigua pista militar, desde el control militar hasta Foum Zguid, que es un auténtico suplicio porque esta reventada y llena de piedras.
Allí nos encontramos a Juan el de Formentera, con problemas de inyección en su Yamaha, y a quien remolqué unos metros hasta que consiguió arrancarla.
Poco después estábamos en Foum Zguid donde debíamos repostar, sin embargo se había agotado la gasolina y por suerte, nuestra asistencia con Garcy a la cabeza, tenía cinco litros para cada piloto.
Aquí, en Foum Zguid empezaba una especial muy dura por piedras y sitios remotos, una etapa que había sido especial de un Intercontinental Rally hace unos años y donde se nos había advertido que moto que se rompía ahí, moto que se sacaba en burro desmontada así que Justo y yo optamos por evitarla por carretera hasta Tata y Carlos que, aunque la iba a hacer, no le salían las cuentas con la autonomía de la moto y es que con tan solo 5 litros de repostaje, no le daba. Así que también optó por la carretera que, por cierto, se hizo pesadísima.
En Tata repostamos de nuevo y paramos a comer un tagine en el hotel que hay junto a la gasolinera, tenía piscina y cerveza fría, tentador.
Comimos, descansamos y continuamos la tercera especial del día, que salía de Tata, pasando por Akka, con navegación intuitiva atravesando oueds.
De Akka a Icht por una especial del pasado Intercontinental Rally, por antiguas vías en desuso, completamente reventadas y con un calor que se hacía insoportable, ya los últimos 40 o 60 kilómetros hasta Icht fueron una delicia, pistas rápidas y con buen firme, donde me solté la melena con la 950.
Al fin llegamos a Icht, a un camping que la verdad, estaba muy bien, con piscina y jacuzzi, cerveza fría y un buen parking para hacer la asistencia, ¿qué más se podía pedir?
Aproveché para darme un baño, tomarme una cervecita, o dos, algo de mecánica, poca, y a cenar. A la noche vinieron del pueblo con gasolina, previamente pactado por la organización para hacer el repostaje, ya que en Icht, no hay gasolina.
De esta etapa mi amigo Jon, solo hizo el primer tramo debido al cansancio acumulado en las etapas anteriores, era mejor recuperar bien y disfrutar lo que quedaba de viaje, al día siguiente tampoco saldría (al fin y al cabo poco descansó al tener que hacer los ríos de arena del Erg, la pista rota hasta Foum Zguid y 300 km de carretera).
Etapa 4: De Icht a Mhamid por especiales del Libya Rally.
Esta etapa a mi se me atragantó un poco, la verdad, más de cabeza que de físico. Y os cuento por qué.
Esta etapa prometía mucho, un gran roadbook del pasado Libya Rally 2016, por pistas cerradas al turismo, y muchos kilómetros por delante.
Partía de Icht hacia Mhamid, siempre pegados a la frontera con Argelia, el problema era que no se habían conseguido los permisos a tiempo para poder acceder así que ya se nos advirtió que era una lotería que pasáramos o no. Algunos optamos por intentarlo, otros tiraron por carretera.
A 10 kilómetros de Icht salía una pista de la carretera donde empezaba la especial, después de aproximadamente 20 o 25 kilómetros de excelente roadbook llegamos al control militar del que nos habían hablado y además empezaron a llegar las distintas parejas de pilotos. No hubo nada que hacer, no nos dejaron pasar y nos remitían a Icht a pedir permisos pero evidentemente no íbamos a emprender trámites burocráticos. Optamos por desandar lo andado y subir hasta Tata por carretera, 147 kilómetros a primera hora de la mañana.
En Tata repostamos y barajamos las distintas opciones, la principal era intentar enganchar la ruta desde aquí, serían unos 30 kilómetros de ida de los cuales 25 de pistas hasta el control y continuaríamos.
Por este control ya pasamos en 2014 y no tuvimos problema alguno pero si es cierto que había gente que decía que no nos dejarían acceder. De hecho, así fué, tuvimos de nuevo que desandar lo andado hasta Tata, vuelta a repostar (60 kilómetros perdidos y tiempo) y de ahí a Tissint por 70 kilómetros de asfalto, donde enlazaríamos la ruta. De nuevo, la carretera se me hizo pesadísima.
Una vez en Tissint cogimos una pista rápida a mano derecha que nos llevaría directos hasta el control militar junto al río. Aquí ya estuvimos en 2014 y nos falto poco para bañarnos en las pozas.
Junto a este control militar nos esperaba la organización, de nuevo Garcy junto a Toño y Lyuba, con el pickup, gasolina para repostar y almuerzo para recuperar energía. Una vez todo listo, de nuevo estábamos en marcha dejando a unos cuantos kilómetros Foum Zguid a la izquierda por donde habíamos pasado un par de días antes y rumbo a atravesar de nuevo el Lago Iriki para después adentrarnos en el Erg Chegaga.
Esta etapa, que como he dicho ya la había hecho y para nada me había resultado cansada en anteriores ocasiones, se me hizo larga, más mental que de físico. Hacía calor, muchísimo calor y además llevábamos el viento a favor por lo que daba la sensación de estar parados.
Las motos iban con el electroventilador en todo momento y corría más aire estando parados que andando. Serían las 3 de la tarde en pleno Lago Iriki.
Se suponía que en mitad del Iriki habría un posible reagrupamiento con Murchi, el jefe de la organización que ese día iba en moto junto a Tomás, el mecánico, había marcado un waypoint en mitad del Iriki unos kilómetros antes de entrar en el Erg.
Sin embargo ahí no había más que unas cáscaras de naranja, normal, como para esperar ahí. Además venía hacia nosotros una tormenta de arena considerable en donde hubo momentos que apenas se veía. No hubo reagrupamiento oficial pero si que nos encontramos a varios «perdidos» y entre todos optamos por obviar el Erg por el lado sur por donde iba la ruta y atravesarlo bordeándolo por los ríos de arena por los que ya habíamos ido dos días antes.. Eso sí en plena tormenta de arena.
Por fin llegamos de nuevo las pistas rápidas desde el Oasis Sagrado y terminamos la etapa por los ríos de arena que llegan a Mhamid.
Volvimos al hotel donde hicimos la parada técnica dos días antes, solo que esta vez si nos alojaríamos ahí. Nos habilitaron un espacio para guardar las motos y hacer mecánica. Esta vez no hubo chapuzón en la piscina ya que era casi de noche y había que preparar los roadbooks del día siguiente, hacer el mantenimiento a la moto, repostar, cenar y en mi caso, cargar todos los GPS de nuevo. Yo me fuí antes de cenar con Justo y Paclo a buscar un lugar donde repostar por Mhamid, otra experiencia.
Etapa 5: De Mhamid a Merzouga
En esta etapa por fin reenganchamos a Jon, amigo y compañero desde hace algunos años y unos cuantos viajes en moto juntos. Llevaba un día de flojera y otro de descanso por lo que esta etapa la cogió con muchas ganas y fuerzas.. quizá las que a mi me faltaban.
La ruta comenzó bien temprano en Mhamid, al igual que el día anterior, teníamos un buen roadbook del Libya Rally 2016 y comenzaba a unas decenas de kilómetros de Mhamid, prácticamente en un control militar donde ya se nos advirtió que sería complicado que nos permitieran pasar sin permiso, no obstante, lo intentamos, pero no pudo ser.
El plan B era retroceder hasta la carretera y subir hasta Tagounite por carretera y ahí repostar de nuevo y volver por las pistas de días atrás hasta enlazar con el track y seguir el roadbook, pero decidimos ir hasta Tagounite navegando con el GPS por el palmeral, y la verdad, estuvo muy bien.
Una vez repostamos en Tagounite aparecieron varios compañeros del viaje a los que ayudamos con el GPS y después de repostar salimos a buscar el punto donde enganchar la especial sin pasar por el control. Dicho y hecho, una vez lo enlazamos seguimos el roadbook, de nuevo, por la ruta prohibida rumbo a Tafraoute y de nuevo repostaje en el Auberge Kem Kem, donde también almorzaríamos.
Llegados a este punto, Jon, yo y la organización decidimos tirar por el track de unos días atrás, por el paso de Ramlia, ya que Jon no estaba al 100%, aunque había venido como un tiro desde Mhamid, pero los kilómetros pesaban y aún quedaba prácticamente la mitad de la etapa que entre otras cosas atravesaba el Erg Ouzina.
Además, nos comentaron una alternativa para evitar Ramlia, por pista, pero no lo encontramos y acabamos metidos de lleno en las dunas de Ramlia en la parte Norte, con las motos clavadas en arena blandísima y los electroventiladores a todo rendimiento. Yo no entiendía nada, que narices hacíamos ahí si se suponía que era para hacerlo fácil.
Al final, navegando con el GPS encontramos una pista más o menos buena que nos sacó de ahí, con alguno a punto de pájara y un calor axfisiante.
Paramos a tomarnos una cocacola y cacahuetes y de ahí seguimos hasta Merzouga, a Alí el Cojo donde ya había llegado la asistencia, nos pudimos dar un baño, descansar y por fin habitaciones buenas y mucho relax. Este día llegamos a buena hora, eso si, nos saltamos Erg Ouzina y parte del Erg Chebbi.
Para mi fué uno de los mejores días.
La verdad es que teniendo ahí el Erg Chebbi, una vez más, frente a nosotros daban ganas de entrar, pero al día siguiente ya lo haríamos a fondo así que mejor disfrutar, aprovechar el momento de calma y descansar bien.
Esa tarde aprovechamos para hacer «algo de mecánica» y digo algo porque es que solo me tenía que limitar a ojear los prefiltros y ese día ni siquiera iba a engrasar la cadena ya que al día siguiente haríamos dunas.
En Alí el Cojo se encontraba el Himoinsa Team, con Farres, Oliveras, y todo el elenco entrenando para el próximo Dakar, pudimos compartir con ellos buenos momentos, ver las preciosas KTM Rally y sacar fotos.
Pero entre unas cosas y otras la tarde se pasó volando y en seguida estabamos cenando, una cena de lujo, tipo buffete, hasta jamón serrano había, despues breefing y a descansar. Al día siguiente nos esperaría uno de los mejores días, y más cansados para mi.
Día 6: Curso de dunas en el Erg y subida a Boudnib
El día empezó más tarde de lo habitual, supongo que la idea era no entrar a las dunas en el momento «óptimo» que es al amanecer porque está más duro, sino entrar a hacer dunas en el momento de calor, de arena blanda, para aprender de verdad y sufrir como perros.
El día se planteaba así, salida a hacer Xtreme de dunas con waypoint y atravesar de Sur a Norte y de Este a Oeste todas las grandes dunas o bien ir a hacer el cursillo con Murchi, que sería un rato de breve parte teórica, una ruta de práctica, un descanso y luego a tu aire hasta la hora de comer para después, por la tarde afrontar otra especial hasta Boudnib, esta vez por otra ruta diferente a la que habíamos bajado, pegados a la frontera de Argelia.
Nosotros, Jon y yo, optamos por ir a hacer el curso, teníamos ganas de dunear, pero tranquilamente, sin prisas, echarnos unas risas, unas fotos y unos vídeos. Ya sabiamos bien lo que eran las dunas pero nos apetecía más el plan.
El curso empezó sobre las 10 de la mañana, bajo un sol abrasador que yo tenía que estar debajo de la moto para que no se me calentaran las ideas, nos explicó un poco truquillos, consejos y esas cosas y después nos fuimos a dar unas vueltas por ahí, abriendo Dominique, y cerrando con los rezagados Murchi.
Estuvo entretenido y sobre todo, como toma de contacto para algunos, sirvió para estar «arropados» y disfrutar tranquilos sin miedo a quedarte por ahí, en medio del Erg.
Al rato paramos a tomar un refrigerio en el Auberge Jazmina para otra vez adentrarnos hasta una de las grandes dunas y subirla. Durante este refrigerio nos encontramos con Sara, la «viuda negra» que iba acabando con los pilotos pro, ya había acabado con Javi lesionado (pro del esquí) y ahora lo haría con Kevin, «el americano» que en su currículo tiene algún Dakar y varias Bajas 1000 en los USA.
En esta ocasión yo me puse a rueda de Murchi, buscando «el vídeo» hasta que nos plantamos al pie de la duna y allí, tome la iniciativa con mi 950 de subir hasta arriba el primero, que gozada es subir estas enormes dunas con semejante moto de 100cv.
Poco después fueron llegando algunos y de pronto vemos por los aires a Kevin, volando en una cresta con la mala suerte de caer en hierba de camello, menudo tortazo, pero todo quedó en un susto y varias costillas rotas.
Después del percance, dimos por terminado el curso y volvimos al Auberge Jazmina donde algunos decidieron volver por pistas y otros por las dunas.
Hicimos varios grupos y salimos. Jon y yo optamos por ir desde el Jazmina a Ali el cojo atravesando todo el Erg y la verdad es que lo pasamos muy bien, disfrutando aunque Jon prefería afrontar las dunas grandes de golpe en vez de ir surfeándolas, estuvo curioso.
Unos 15 kilómetros después dimos por finalizada la mañana habiendo navegado a waypoint hasta Ali el cojo, hacía mucho calor y el Sol estaba muy alto, apenas lográbamos ver los perfiles de las dunas y nos quedaban muchos kilómetros hasta Boudnib.
En Ali, comimos, descansamos y al rato nos marchamos a hacer la especial del día, que comenzaba cerca del Jazmina por ríos de arena, pequeños oasis para después coger pistas rotas pegadas a la frontera y luego pistas rápidas con alguna trampa hasta Boudnib.
A mi se me hizo largo, los kilómetros pesaban ya de tantos días, Además había que sumar toda la mañana en las dunas. Cuando ya quedaban poquísimos kilómetros y casi daba por zanjada la especial del día nos vimos dentro de un oued y dunas.. si, una sorpresita del último momento.
Al final ya terminamos la especial, cansados, pero como siempre, animados.
Según llegamos al camping me encontré con un amigo del foro LC8, que también estaba de ruta por Marruecos aunque no pude hacerle todo el caso que merecía, aún me quedaba hacer algo de mecánica, ir a repostar a Boudnib, ducha, preparar el roadbook, cenar y descansar.. La etapa reina sería al día siguiente.
Etapa 7: Boudnib – Matarla – Layoune
Esta etapa se presentaba como una etapa dura, la última y más importante donde además sería una especie de examen de navegación con roadbook.
La ruta partía del camping Rekkam en Boudnib hasta Beni Tajite, por donde ya habíamos pasado el primer día pero a la inversa, allí haríamos el repostaje y unos kilómetros más adelante comenzaríamos la primera de las especiales hasta Matarka donde de nuevo repostaríamos y cambiaríamos roadbook que nos llevaría por la vertiente Este del Plató de Rekkam hasta Layounne.
A mi se me hacía dura la etapa solo de pensar en ella, el cansancio empezaban a hacer mella, quizá más de cabeza que de físico pero como suelo decir, todo suma.
La primera especial hasta Matarka fué bien, bastante bien, a ritmo, sin prisa pero sin pausa. El roadbook se dió bien.
En Matarka nos esperaban Garcy, Lyuba y Toño en el pickup, con gasolina y algo de almuerzo para recargar energía. En ese punto, mentiría si dijera que estaba como una rosa, no me apetecía NADA montar, mi cabeza se iba por la carretera y mi cuerpo por… no por el campo no, se quedaba ahí, de cháchara en Matarka.
Pero esto es así, recargar fuerzas, gasolina y a acabar. Lo bueno es que los kilómetros fueron poco a poco pesando menos, quizá al ver que cada vez quedaban menos y sobre todo porque la última parte de la segunda especial fue muy bonita, divertida y entretenida y es que el Norte de Marruecos a mi me encanta.
Al final disfrute el día mucho y llegamos tranquilamente a una hora prudente a Layounne, donde repostamos y nos tomamos un refrigerio antes de ir a buscar el hotel, que estaba a 25 kilómetros de allí por carretera.
El hotel estaba situado en una zona muy tranquila, en un bonito paraje y pintaba bien, aunque lo que vendría después fué un auténtico show, la cena, pero merece una entrada a parte.
Al llegar lo de siempre, una limpieza de cadena y engrase, revisión de todo, coger maleta, habitación y a descansar.
El Xtreme 2016 casi había acabado, ya solo quedaba un enlace por campo o carretera hasta Nador al día siguiente.
Pero como el Xtreme siempre depara sorpresas, en esta ocasión nos toco dormir a 7 personas en un barracón, se suponía que sería el mejor hotel de todo el viaje aunque no fué así, si no todo lo contrario, no pegué ojo en toda la noche, ni con auriculares y música, ni con tapones ni nada de nada, cuando uno paraba de roncar, continuaba otro, y de la cena.. bueno, lo dejo para otra ocasión jejeje. Memorable.
Etapa 8: Layounne – Nador
Como he dicho unas líneas arriba, esta fué una etapa de enlace en la que algunos optaron por ir vestidos de calle por carretera los 85 kilómetros que nos separaban hasta el puerto de Nador, otros teníamos una ruta que se suponía de campo.
Jon y yo decidimos intentar enlazar desde el hotel por pistas hasta el track que nos llevaría a Nador por pistas, y así lo hicimos. Pasamos por bonitos pueblos y por fin enlazamos el track que iba por unas sierras muy chulas, pero cuando realmente empezamos a disfrutar de pronto se acabaron las pistas, llegamos a una carretera que nos llevaría hasta Nador durante 50 kilómetros.
Por hacerlo más ameno, al pasar por un pueblo a unos 40 kilómetros de Nador, en honor a nuestros gastroraids y que narices, que olía de lujo la parrilla, paramos a tomarnos unos calamares y unas sardinas a la barbacoa que nos supieron a gloria.
Despues de esto, ya llegamos a Nador donde estuvimos algunas horas de espera que aprovechamos para lavar la moto y estar de cháchara contando batallitas mientras el resto del grupo se daba un homenaje en el restaurante que hay frente a la entrada del puerto.
Después embarcamos y aquí se acaba esta edición del Xtreme 2016.
Conclusión:
Para mí, este viaje ha sido un reto personal, he vivido y disfrutado con mi 950 a mi manera, mi propio Xtreme, en condiciones algo diferentes al resto, o eso creo y en el que he tenido que renunciar a algunos tramos en alguna especial, de lo cual, la verdad, me arrepiento pero creo que fué lo más sensato.
He demostrado que las viejas glorias como la LC8 tienen mucho que decir aún y eso me gusta. La moto se ha portado como una auténtica campeona en su tercer viaje a Marruecos, siempre en primera línea, sin ningún problema reseñable y sin necesidad de hacerle apenas mantenimiento. Me tiene enamorado!
Me lo he pasado de lujo, gracias a toda la gente que he conocido, al buen ambiente general, a la experiencia vivida y adquirida.
No se si repetiré, pero lo que esta claro es que después de esto no te quedas indiferente. Es perfecto para preparar rallys internacionales y para coger experiencia, en general y mentiría si dijera que no es duro. Lo es.
Espero no haberos aburrido y si haberos entretenido un buen rato, me encantaría haber puesto muchas más fotos pero la verdad, no he podido hacer todas las que me gustaría.
Respecto a los tracks de las etapas, no hay tracks, como dije en su momento, es un compromiso y norma con la organización. Lo siento.
Hoy por la mañana de camino al trabajo en la humeda Inglaterra, pude leer esta fantastica crónica que me hizo padecer un momento de envidia no sana para luego sufrir el sindrome de volver por a quell as lejanas tierras y querer vivir una experiencia similar.
Agradecido porque compartáis crónicas de vuestras vivencias y anecdotas.
Saludos.
Lulo.
Gran crónica muy bien explicada y como tu mismo dices vista desde tu propia experiencia, me has hecho recordar mi ultimo viaje a marruecos, cada día es una aventura, sufrida en el momento y añorada una vez pasada.
Saludos.
Germán Riscos
Gracias.
La verdad es que alguna otra crónica que he escrito de viajes con amigos, la crónica era practicamente la misma para todos. En este viaje, cada persona ha disfrutado de su propio viaje, sus propias anécdotas e incluso sus propios recorridos, curioso.
Disfruto leyendo tus vivencias y me hace recordar buenos momentos. Vista esta organización, en su día la valoré y opté por otra que tenía roadbooks actualizados y se cumplía el programa rigurosamente, yo personalmente lo valoro, pero os admiro y me encanta como describes los momentos. Espero la siguiente con ganas.
No había leído esta pedazo de crónica, me quito el sombrero macho, está increíble. Las fotos son cojonudas también.
Espero poder apuntarme con vosotros algún día que me encantan los rutones que os marcáis.
Un saludo
Esto es un Xtreme del Club Aventura Tuareg, una experiencia que merece la pena..
Por cierto, gracias, por lo de la crónica. Cuando quieras nos hacemos una ruta Trail por aqui o donde sea. Salu2!
Espectacular, crónica, fotos y vídeos. De lo mejor que he leído . gracias por compartir