Marruecos en BMW, con maletas y a lo loco

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En principio este viaje nacía como una salida offroad por Marruecos en el que íbamos a ir Jaime, su primo, Eduardo, Jon y yo. Iba a ser lo que en nuestro argot es un “gastroraid” pero por motivos de compromisos, viajes y demás, tuvimos que anularlo, por lo que Eduardo y yo nos animamos a ir a Marruecos con las BMW en plan asfalto y alguna pista fácil por el sur. Eduardo aunque había estado en Marruecos ayudándonos en la asistencia de la Panafrica Rally, todavía no había podido rodar en moto por allí por lo que tenía bastantes ganas de ir y yo de que fuera.
La intención era bajar con el coche y las motos en remolque hasta Cádiz para no meternos la paliza de atravesar España tanto de subida como de bajada, pero casi a última hora nuestro amigo Felipe se nos unió al grupo, por lo que el viaje comenzaría en Cantabria.
Iban a ser 9 días de viaje y más o menos le plantee a Jaime Goyoaga la ruta y lo que queríamos hacer, siendo el propio Jaime, que es un gran especialista en Marruecos, el que preparó la ruta, los tracks y las pistas fáciles por las que íbamos a rodar con las BMW alguna de ellas que yo ya conocía de otros viajes, rallys y de varias ediciones del Xtreme del club aventura Touareg.

 

Día 1. De Limpias (Cantabria) a Trebujena (Cádiz).

Salimos con los primeros rayos de sol de Limpias sabiendo que la jornada iba a ser larga con casi 1000 km de recorrido.
La intención era bajar por la llamada Ruta de la Plata y nos encontramos algo de frío hasta más o menos Salamanca. Una vez entramos en la Comunidad Autónoma de Extremadura comenzó el calor que ya nos acompaño toda la jornada hasta nuestra llegada a Trebujena (Cádiz), sobre las 18:00 , donde tengo una casa,y dónde pasamos la tarde descansando y visitando amigos y familiares.

 

Día 2. De Trebujena (Cádiz) a Marrakech.

Sobre las 6 de las mañanas nos pusimos en marcha camino de Tarifa. Es poco más de una hora el tiempo que nos separa desde Trebujena pero queríamos estar con tiempo en el puerto de Tarifa para poder desayunar, pasar los controles de pasaportes y poder embarcar las motos a las 09:00.
La línea Tarifa-Tánger ciudad, se realiza en los llamados barcos “rápidos”. El trayecto solo dura una hora por lo que es cómodo, veloz y económico.
El único inconveniente que tiene esta línea es que cuando el estado de la mar del Estrecho empeora suele ser la primera que se cierra.

Una vez llegados a Tánger pasamos los controles de pasaporte y aduana, paramos en las agencias de cambio de moneda del exterior del puerto y comenzamos nuestra pequeña aventura por Marruecos que nos iba a llevar hoy hasta Marrakech.
La intención era hacer el trayecto Tánger – Marrakech de manera rápida por lo que optamos por ir por autovía, tomando el sentido Larache – Rabat – Casablanca – Marrakech.
Queríamos estar pronto en Marrakech y así poder aprovechar la tarde y la noche por la ciudad y que Eduardo y Felipe la pudiesen conocer.

Llegamos pronto a Marrakech y nos fuimos al alojamiento que era un pequeño apartamento en la zona del Jardín Botánico. Apartamentos Majorelle. Céntricos, a 15 minutos andando de la Medina, modernos, totalmente equipados, con vigilancia 24 horas, garaje y piscina. No se puede pedir más por 70 € entre los tres.

Después de acomodarnos y un bañito en la piscina, nos fuimos andando hacia la Medina. Además habíamos quedado por la tarde con nuestros amigos Ana Suárez y Alberto Talledo que estaban pasando unos días también en Marrakech.

Pasamos la tarde recorriendo el centro, visitando la Gran Mezquita, la Gran plaza, el zoco para que Eduardo y Felipe pudieran disfrutar de esta turística ciudad y luego estuvimos cenando con nuestros amigos Ana y Alberto que habían llegado de una excursión por la zona de Ouarzazarte.

 

Día 3. De Marrakech al Oasis de Fint Cruzando el puerto de Tizi-n-Tichka.

Una vez despedidos de Ana y Alberto salimos de Marrakech rumbo hacia el sur en lo que podríamos decir que sería el primer día de disfrute total con nuestras motos. Cogimos la carretera N9 hacia el puerto de montaña de Tizi-n-Tichka de 2260 metros que cruza el Atlas y suele ser una ruta bastante frecuentada por excursiones de turistas.

Una vez pasado el puerto cogemos una pequeña carretera secundaria con cañones repletos de palmerales y vegetación y que yo ya conocía, la cual más que una carretera es una pista pues se encuentra casi en su totalidad en obras y nos lleva hacia el bonito lugar de Ait Ben Haddou, kashbah dónde se han rodado numerosas películas como Gladiator o La Momia entre otras.

A partir de este punto comenzaba una de las decisiones de la jornada ya que podíamos ir al oasis de Fint por un recorrido más corto por Ouarzazarte o sin embargo hacer un rodeo de unos 150 km en los que haríamos una pista de unos 50 kms y que te lleva también al oasis.
Como íbamos bastante bien de tiempo optamos por hacer la variante larga y bajar por la N10 hasta la Tazenakht, donde cogemos la pista.

La pista aunque es ancha y está en buen estado tiene algunas zonas complicadas pues las últimas lluvias han provocado algunos derrumbes. Asimismo dicha lluvias han hecho que el caudal de los ríos estén un poco altos y tengamos que hacer dos o tres vadeos sin mucha dificultad.

Como bien recordaba, ya que ya había hecho esta pista hace tres años en el Xtrem del Club Aventura Touareg, se trata de una pista bastante rápida con las motos pequeñas de rally, y un poco menos rápida para las grandes BMW, pero en poquito tiempo pudimos estar en el oasis de Fint, donde fuimos a pasar la noche al albergue La Roche Noire de nuestro amigo Rachid dónde había estado yo ya el año pasado junto con mi mujer Nerea.

El Oasis de Fint es un lugar donde parece que se ha detenido el tiempo. El hecho de que no haya carretera hasta el mismo, hace que esté a salvo de las visitas masivas de turistas, por lo que sigue manteniendo su autenticidad y aislamiento. Como siempre la hospitalidad bereber de Rachid y su familia hizo que pasáramos una velada estupenda en su albergue con una puesta de sol impresionante.

 

DÍA 4. Del Oasis de Fint a Tafraoute Sidi Ali pasando por Agdz y Zagora.

Al día siguiente, después de desayunar y despedirnos de Rachid salimos del Oasis de Fint por una pista de unos 10 kilómetros que nos lleva a la ciudad de Ouarzazarte. Allí cogemos la carretera N9 hacia Zagora por unos paisajes “marcianos” impresionantes y por el bonito puerto de montaña de Tizi-n-Tinififft hasta la ciudad de Agdz. A partir de aquí nos adentramos en el Valle del rio Drāa y sus impresionantes palmerales hasta la ciudad de Zagora.

En Zagora repostamos y metimos agua en maletas y mochilas ya que nos quedaba un recorrido de unos 150 kms adentrándonos en la inhóspita región del Kem Kem. Además de esos 150 kilómetros, unos 70 serían de pista y arena.

Esta zona ya la conocía de de haber pasado en varias ocasiones y que nos llevaría a las cercanías de Tafraoute Sidi Ali.

Una vez en pista, Eduardo y Felipe comienzan a comprender la inmensidad del desierto marroquí y la soledad que puede llegar a sentirse en algunos de estos lugares. Los rebaños de dromedarios comienzan a rodearnos y aquí es donde empiezo a echar en falta mi Husqvarna 701 Enduro para dar algo de gas.

La pista es buena para poder rodar con las BMW pero una vez nos vamos acercando a Tafraoute Sidi Ali, iba recordando que había varios pasos de hierba de camello con arena por lo que fuimos despacio para pasar estos tramos con las vacas gordas.

Un poquito antes de llegar a nuestro destino, nos detuvimos en la Kasbah Marabout que ya conocía de la etapa maratón de la Panafrica Rally, ya que hicimos noche allí.

El Marabout es un lugar increíble, se encuentra en mitad del desierto, muy cerca de la frontera de Argelia y está rodeado de pequeños cordones de dunas. Allí, como siempre, la hospitalidad de Hamid y su hermano Hassan hacen sentirnos como en casa.

Disfrutamos de otra estupenda puesta de sol sentados en lo alto de las dunas donde Felipe pudo recrearse con una de sus grandes aficiones la fotografía.

 

Día 5. De Tafraoute Sidi Ali a las Dunas de Merzouga.

En principio, esta iba a ser la jornada más corta del viaje. Salimos de la Kasbah Marabout dirección Tafraoute que está a unos 10 kilómetros por pista donde enlazaríamos con la carrerera que conecta con la N12. Sin embargo, para llegar hasta allí que hay que atravesar un lago seco o chott, el Lac Maider, que por las últimas lluvias tenía bastante agua y barro por lo que tuvimos que hacer un rodeo por fuera de pista hacia el este para poder evitarlo. Enfangarse en el Lago Maider con las pesadas BMW puede ser una broma de muy mal gusto.

Una vez rodeado, al fin enlazamos con la carretera que nos sacaba de esta región, rumbo Norte y sorteando cordones de dunas que en más de una ocasión invadían la propia carretera. Después de unos cuantos kilómetros al fin llegamos a la N12, que cogimos dirección Rissani.

Antes de llegar a Rissani optamos hacer una visita a la llamada Cárcel Portuguesa por pista.

La Cárcel Portuguesa, no es ni una cárcel, ni es portuguesa, sino una bonita montaña redonda que está cerrada por una pequeña muralla lo que la hace casi inexpugnable. Curioso lo del nombre.

Una vez en este punto fuimos espectadores de lujo del Rally de Marruecos, que justo en ese momento pasaba por allí, frente a nosotros.

Dicho recorrido del Rally de Marruecos coincidía casi en su totalidad con una de las etapas de la Panafrica Rally que hicimos el año pasado y que también subía un pequeño collado donde estaban instaladas las cámaras de televisión.

Una vez de vuelta a la carretera continuamos hasta Rissani y desde aquí a Hassilabieb, un pequeño pueblo junto a Merzouga, donde nos encontramos con bastante calor a los pies de las grandes dunas del Erg Chebbi.

Fuimos directamente al albergue de Ali el Cojo, lugar donde se suelen quedar y hospedarse muchísimos españoles que visitan el Erg Chebbi.

Por la tarde aprovechamos para un paseo por las dunas, darnos baño en la piscina, relajarnos y descansar.

 

Día 6. De Merzouga a Zaida cruzando el Atlas.

Ese día madrugamos bastante ya que Jaime nos había avisado de que sería la etapa más larga del viaje. Desde Merzouga teníamos varias alternativas para llegar a Tinerhir donde nos adentraríamos a través de las gargantas del Thodra y cruzaríamos el Atlas hasta Midelt por carreteras secundarias.

Antes de partir decidimos visitar a mi amigo y compañero de muchos rallys, Dani Albero que se encontraba en Merzouga entrenando para su próximo objetivo que no es sino el Dakar 2019. Además Dani será el primer piloto diabético en realizar dicha prueba. Le deseamos toda la suerte del mundo y continuamos nuestro viaje.

Como digo, teníamos preparados varios tracks y pensabamos hacer la pista de los monumentos de unos 80 kilómtros hasta enlazar con la carretera que va desde Errachidia a Tinerhir, pero finalmente optamos por ir por carretera ya que el día avanzaba muy rápido y no nos iba a dar tiempo. Luego vimos que la decisión fue acertada ya que desde la carretera vimos que por dicha pista discurría la etapa del día del Rally de Marruecos, lo que hubiese hecho muy lento y peligroso circular por ella. Además, luego nos encontramos una sorpresa.

Cuando llegamos a Tinerhir, nos adentramos en el valle del Thodra por las turísticas gargantas donde hay cientos de turistas que las visitan a diario en viajes organizados.

Los turistas llegan hasta aquí y se dan la vuelta hacia Tinerhir, pero nuestra ruta continuaba subiendo hacia el norte con la intención de hacer unos 250 kilómetros por carreteras secundarias y montaña Para terminar la etapa cerca de Midelt.

Al poco, nos dimos cuenta de que pensabamos que sería una jornada de carretera secundaria se iba a convirtir en una larga jornada de 250 km offroad ya que las lluvias y la nieve habían destrozado, literalmente, las carreteras convirtiéndolas en auténticas pistas ideales para nuestras motos maxitrail.

El Atlas es una de las zonas más agrestes, inhóspitas y auténticas de Marruecos. La ruta transcurrió durante muchs horas y muchos kilómetros a más de 2000 metros de altura incluso llegando a alcanzar los 2600 metros de altitud en algún puerto.

Fuimos pasando por un montón de pequeñas aldeas, llenas de niños que corrían a saludar a nuestro paso, rompían la monotonía de un paisaje de alta montaña.

Apenas nos faltaban 70 kilómetros para finalizar la etapa y sin embargo, las sorpresas no habían acabado aún: La lluvia hizo su aparición dejando impracticable la circulación por la carretera (pista) por la que íbamos y tuvimos que buscar carreteras y pistas alternativas que nos permitieran llegar a nuestro destino. Dimos ese rodeo de unos 25 kilómetros teniendo que vadear hasta dos y tres veces un río y es que un viaje a Marruecos no sería especial sin estos imprevistos, que son los que los hacen especiales y les dan ese punto de aventura.

Quedaban pocas horas de luz y decidimos continuar por carretera y no adentrarnos en las pistas del Circo de Jaffar, además con las lluvias de las últimas semanas era casi seguro que estaría completamente impracticable el paso por el cañón del río Jaffar.

Al fin, una vez en la carretera general que sube hacia Fez, nos quedamos a dormir ya casi oscureciendo en el pequeño pueblo de Zaida dónde encontramos un hotelito en el cual nos trataron bastante bien.

 

Día 7. de Zaida a Chauen pasando por Ifrane y Fez a través del Rif.

Ese día volvimos a madrugar porque sabíamos que nos quedaba otro buena tirada hacia el Norte, hasta la población de Chaouen, en pleno Rif y muy cerca ya de nuestro destino final, Tánger. Además, nos levantamos con una fuerte tormenta y mucho frío que hizo que saliéramos con los trajes de agua. Cruzamos el plateu de l’Arid y el Col du Zad para despedirnos del Atlas, optamos por desviarnos del track propuesto por unas pequeñas carreteras de montaña que cruzaban bosques de cedros con pequeños “habitantes” para rodear las ciudades de Azrou e Ifrane y así enlazar con la carretera principal a medio camino entre Ifrane y Fez.

Una vez cerca de Fez el calor volvió de manera sofocante. Paramos a comer y repostar y después continuamos rumbo Norte por pistas que nos llevarían a Chauen.

Varias decenas de kilómetros después, nos dimos cuenta de que no estaban en muy buen estado, por lo que decidimos salir a la N13 que nos llevaría directamente hacia la ciudad azul de Chauen. Menos mal que acortamos porque nada más llegar a Chauen cayó el diluvio universal.

En Chauen nos hospedamos en un pequeño y bonito hotel llamado Al Khalifa, situado junto a la medina y desde donde se tiene una vista panorámica increible hacia la ciudad. Además tiene parking privado en su jardín para las motos, por lo que es perfecto.

Chauen es una ciudad turística con sus típicas casas pintadas de azul que recuerdan mucho a algunos pueblos del sur de Andalucía como Vejer  o Arcos de la Frontera.

Por la tarde estuvimos visitando el centro de la ciudad y cenando en un pequeño restaurante que fue un gran descubrimiento, el Bab Saour. Un pequeño local tienda que en su día fue asociación de montaña y que nos sorprendió gratamente. No es raro que tenga 5 estrellas en el TripAdvisor. Comida marroquí de calidad y barato.


 

Día 8. De Chauen a Trebujena (Cádiz) pasando por Tanger y cruzando el estrecho.

Nos despedimos de la bonita ciudad de Chauen y comenzamos nuestra última y corta jornada en Marruecos por la carretera que lleva hasta Tetuán, en la que están construyendo unas inmensas presas que inundarán parte de la región. De Tetuán carretera a Tánger y directos al puerto para poder pasar los trámites de aduana, pasaporte y embarcar hacia Tarifa a las 14:00.

A media tarde estábamos otra vez en mi casa de Trebujena descansando, preparados ya para la última jornada que nos llevaría a cruzar otra vez España entera hasta Cantabria.

 

Día 9. Vuelta a Cantabria desde Cádiz.

Salimos de Trebujena con una fuerte tormenta y lluvia que nos acompaño hasta casi Valladolid. De Valladolid hacia el Norte el tiempo mejoró algo y, finalmente llegamos a Cantabria con una temperatura estupenda. El mundo al revés. Con la llegada a nuestro pueblo de Limpias acabó este espectacular viaje que han supuesto casi 5.000 kilómetros, que nos ha dejado un sabor de boca estupendo y que recomendados a cualquiera que quiera recorrer estas zonas de Marruecos por asfalto y adentrarse en pistas buenas con su maxitrail.

 

Por último, darle las gracias a Jaime Goyoaga por su ayuda.
Nos gustaría decir que el presupuesto total de dicho viaje incluido los billetes de barco, alojamientos, comidas y gasolina no ha llegado a los 600 €.

5 comentarios en «Marruecos en BMW, con maletas y a lo loco»

  1. Excelente crónica, que bien lo he pasado recordando también mis rutas por allá, muchas gracias por compartir vuestra estupenda experiencia!!!!! Pepe.

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