Norte de Marruecos en moto trail y con acompañante: día 1

Os voy a contar una breve crónica de un viaje que nunca había hecho hasta ahora en modo turisteo total por el norte de Marruecos, en moto trail, con ruedas mixtas y en pareja.

Esta idea surgío un par de semanas antes de la Semana Santa de 2017 ya que teníamos la imperiosa necesidad de hacer algo, y debido a unos asuntos no habíamos podido organizar nada con más tiempo.

En realidad este viaje ya lo habíamos planteado unos meses atrás para hacerlo en Navidad y en cierto modo, con otros destinos más al Sur, pero por unas cosas u otras al final no salió adelante. En esta ocasión, replanteé la idea a mi pareja, Eugenia, de irnos a pasar unos días por el Norte de Marruecos con relativamente pocos kilómetros de moto y si mucho turismo, aprovechar el buen tiempo que se presentaba para la Semana Santa de 2017 y así visitar algunos destinos que o bien no conocíamos los dos o bien me apetecía que ella los conociera.

Dicho y hecho, a dos semanas empecé a preparar un poco todo, poca cosa, compramos un casco trail, ya que el que tenía estaba un poco viejo, ojeamos un poco donde iríamos y preparé unos tracks rápidamente sin mucha complicación pues al final iba a ser prácticamente todo por carretera.

El destino estaba claro, Tanger, Tetúan, Chauen, y a partir de aquí iríamos viendo el destino, un poco a la aventura. La idea era ir a Fez, por unos tracks que ya había hecho en un par de ocasiones, luego pasar a la costa atlántica con destino Larache, Asilah, Tanger, etc, pero finalmente decidimos obviar Fez, que al fin y al cabo tiene aeropuerto y lo marcamos como pendiente para otra escapada de fin de semana, en avión, además yo ya lo conozco.

La preparación de la moto, en esta ocasión fue bien poca, quitar ruedas de tacos y muses para montar cámaras y ruedas mixtas, poner reposapiés, espejos y poco más, la moto estaba al día de todo desde el viaje anterior. La lleve a trabajar la semana anterior antes de la partida para ver que todo iba como debía y listo.

El sábado 8 de abril salimos de Madrid, con la moto cargada en el remolque, una sola maleta impermeable para los dos y con las cosas suficientes, sin excesos para varios días por Marruecos. Rumbo a Tarifa.

Teníamos todo el día para intentar salir de Madrid sin mucho atasco y llegar a una hora prudente a Tarifa. Allí nos alojaríamos en el Hostal El Levante, donde siempre lo hacemos pues nos permiten dejar coche y remolque, esta a tan solo tres kilómetros de Tarifa y nos gusta.

Y así fue, breve atasco a la salida de Madrid pero llegamos a las seis de la tarde a Tarifa. En el viaje nos encontramos mucho viento que nos acompañaría, sobre todo, los últimos cien kilómetros y a mi me preocupaba porque ya me olía que podía haber problemas al día siguiente con el ferry. De hecho así había sido el día anterior y ese mismo sábado, el puerto de Tarifa había estado cerrado. Pero al día siguiente tuvimos suerte.

Una vez llegamos a Tarifa descargamos todo, cogimos el coche y nos fuimos a Tarifa a pasar la tarde, tomar algo y cenar. Primero un paseo por el puerto, tomando algo en el chiringuito de la playa viendo el atardecer y a los pros del kite surf y luego cenamos en un restaurante de unas italianas, con buena comida y sobre todo buen precio.

Tarifa ya lo conocíamos de otros viajes así que no anduvimos mucho por allí ya que estábamos algo cansados y al día siguiente madrugaríamos.

Día 1: Tarifa – Tetúan.

El día amaneció con fuertes rachas de viento, igual que los días precedentes. La verdad es que teníamos dudas de que el barco fuera a salir y si salía yo tenía pánico del oleaje que podría haber. Sin embargo todo fue perfecto.

A pesar del viento el barco zarparía. Nosotros llegamos al puerto un poco antes de la hora de salida y nos pusimos los primeros, en un momento estábamos pasando los controles de aduana, aparcando la moto y sentados en nuestra butaca. El barco tardó más de la cuenta en salir, casi una hora de retraso que se hizo pesada, pero era semana santa y ya se sabe.

Casi sin darnos cuenta al rato estábamos en Marruecos y en un suspiro habíamos pasado la aduana Marroquí sin problema.

Lo primero que hicimos, como siempre, fue cambiar dinero en la oficina de cambio del puerto, la experiencia nos dice que es buen cambio, no hay que andar por la ciudad y es muy rápido. Así lo hicimos y como ya íbamos cargados de gasolina salimos hacia Tetuán.

En un principio la idea era llegar hasta Tetuán costeando por la playa, pero debido al viento, que no amainaba, optamos por tirar millas por la carretera principal. El trayecto se hizo bastante pesado, sobre todo contando que eran pocos kilómetros pero como hacía muchísimo viento se hacía complicado e incluso peligroso debido a las fuertes ráfagas laterales. Durante todo el trayecto fuimos con un par de motos españolas que también se dirigían a nuestro destino y al menos hacíamos piña en esas condiciones tan ventosas.

Tetúan en la Wikipedia:

En ocasiones conocida con el sobrenombre de «La paloma blanca», es una ciudad del norte de Marruecos, ubicada en las proximidades del mar Mediterráneo, cerca de Tánger y de la ciudad española de Ceuta. La provincia o wilaya de Tetuán tiene 550.374 habitantes y la ciudad alrededor de 380.787 habitantes, según el censo de 2014.

Es la ciudad con más rasgos andalusíes de Marruecos.

Entre 1913 y 1956, Tetuán fue la capital del «protectorado» español de Marruecos. Desde 1999, el monarca marroquí Mohamed VI la ha escogido como principal residencia veraniega, ya que tiene una mansión en la cercana playa mediterránea de Rincón.

A las 11 de la mañana estábamos ya en Tetúan, anduvimos por las afueras de la ciudad buscando el parking y finalmente lo encontramos, guardamos la moto durante todo el día y la noche siguiente por unos 6 euros.

Descargamos las cosas de la moto y nos pusimos a buscar nuestro alojamiento, el Riad Dari, en el centro de la medina de Tetúan y cerca de una de las puertas principales. La verdad es que estuvimos un buen rato buscándolo, cargados con la ropa de moto, cascos, maleta y mochilas entre los puestos locales y se hizo un poco pesado sobre todo porque no lo encontrábamos  y es que la medina de Tetúan, aunque es pequeña, tiene muchos recovecos que te hacen sentir pequeño y perdido, al menos la primera toma de contacto.

En una de estos ires y venires apareció un local muy simpático, con gafas grandes, llamado Mutfi, a la caza del turista perdido que nos guió hasta nuestro riad. Pero Tetuán no tiene nada que ver a otras medinas como Marrakech o Fez, Tetuán es una ciudad pequeña, agradable y tranquila que te hace sentir seguro en todo momento.

Una vez llegamos al riad y visto que por nuestra cuenta íbamos a dar más vueltas que un tonto, decidimos quedar con él un par de horas más tarde, después de comer para que nos enseñase la ciudad. Está feo hablar de dinero, pero solo nos pidió 5 euros y estaríamos con el tres horas en las que nos enseñó lugares a los que nunca hubiéramos ido por nuestra cuenta.

Bueno, una vez llegamos al riad, pequeño pero limpio y agradable, nos tomamos el té de bienvenida y estuvimos un rato hablando con un local, que tambien había traído a otros españoles, aunque en esta ocasión no consiguió «enseñarles la ciudad».

Al rato salimos a comer algo, en busca de algún sitio típico pero la verdad es que no encontrábamos nada y casualidades de la vida nos volvimos a topar con el tipo del riad, no nuestro guía, que amablemente se ofreció a llevarnos a sitios buenos y baratos a comer.. sin embargo el primer sitio resultó estar lleno de un grupo de franceses y le dijimos que no, el segundo lugar, aunque por indicación nuestra, resulto ser un fracaso además de caro y ya nos plantamos y le dijimos que nos llevara a donde el iría a comer y así hizo, nos llevo a donde el comía habitualmente, uno de esos sitios dentro de la medina que casi no cabes ni de pié, con pucheros enormes y un olor rico rico. Pedimos un tagine de kefta y un cuscus de verduras, nada que ver a los que ponen en los sitios turísticos, muy sabroso, de beber agua y un sprite y todo por menos de 3 euros. Ahora sí, habíamos dado con el sitio 🙂 Nuestro amigo comió con nosotros.

Después del almuerzo nos volvimos al riad donde habíamos quedado con Mutfy y apareció puntual. Rápidamente salimos a dar el paseo prometido, que duró como ya dije unas tres horas. Nos enseñó algunas de las puertas principales, varias mezquitas por fuera, el cementerio, nos explicó como no perdernos en las medinas, las fuentes, el gran cementerio, la alcazaba española y mucho más. Sitios y lugares donde seguro que no se nos hubiera ocurrido adentrarnos.

Una vez terminamos la excursión, pagamos lo acordado, nos recomendó algunos lugares donde ir a cenar y nos metimos un rato a descansar en el riad ya que en un rato saldríamos a cenar.

Tetúan nos gustó mucho, es una ciudad con mucho encanto, su gente es agradable, tranquila, no están a la caza del turista, es barato y sus zocos así lo demuestran, son tiendas para ellos, no para el turista. La decadencia se deja ver en algunas de sus casas, de la época en la que cohabitaban con los españoles y fuera de la medina aún se conservan las casas de esta época, bonitas, coloniales.. aún existen cines y teatros cuyos nombres dejan claro su origen.

La cena la tomamos en un sitio que habíamos visto en un blog de una chica que había estado viviendo en Tetuán un tiempo y la verdad, fué muy rica y sobre todo barata. El restaurante estaba en la zona «nueva» fuera de la medina, junto a la plaza del palacio real. Después nos fuimos a descansar, que había sido un día muy largo y estábamos agotados.

Pulsa para ver la crónica del segundo día!

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